sábado, 16 de marzo de 2013

La silla del arte


Reflexiono y me atrevo a hacer una pequeña critica de como yo veo el flamenco en estos momento.
¿Por qué la silla del arte? Pues muy sencillo en esta silla se han sentado muchos artistas, amigos míos que han venido a visitarme, unos porque se enteraron que yo me encontraba mal y otros porque yo con la edad y tanto achaque salgo poco, cosa que yo agradezco.
 Artistas, críticos, escritores, personas que de verdad saben lo que es el flamenco, otros para hablar de Triana y otros muchos temas pasaron por la silla de mi casa.
Yo me atrevo y digo los nombres de unas personas que saben mucho de flamenco como son: Antonio Reina, Ángel Vela, Manuel Cerrejón, Manuel Bohórquez, José Blas Vega ¡que ya está en el Cielo y que cuando venía a Sevilla siempre me visitaba en mi casa! y alguno más que no he tenido el placer de conocer, pero me gusta como escriben.
Pero también digo que hay señores que escuchan cantar unos fandangos u otros palos del flamenco y al otro día se hacen una tarjeta que pone su nombre y abajo “flamencólogo” y así los hay a manojitos.
Yo desde luego me considero un simple y modesto aficionado, pero me duele que se le haga esto al flamenco, algunos tienen suerte y escriben en periódicos crónicas que clasifican la actuación de los artistas ¡pero por favor de que manera!, no se dan cuenta estos señores que los aficionados al flamenco no somos tan malos como piensa y los hay de todos porque el pensamiento es libre.
Hay quien dice que ha llegado al flamenco igual que antiguamente a los toros. El llamado sobre verde.  Se habla de artistas que dicen que están renovando el flamenco ¡pero por Dios! Si el flamenco no necesita hacer cosa como esa que estamos viendo. Los artistas se mueren de viejo estudiando porque en el flamenco nunca se termina de aprender, porque es muy profundo y los flamencos antiguos dejaron esa herencia para los estudiosos del flamenco que los hay muchos y muy buenos, pero que siguen buscando y siempre se encuentra algo que merece la pena y muy bueno. Esto es lo que hay que mantener y no renovar porque lo que dice renovar es muy malo todo lo que se ha hecho hasta ahora.
A mí me parece que es muy bonito ese cuadro flamenco con esos hombres y mujeres bien vestido ¡como siempre!, y ese cantaor que se iba adelante con el guitarrista solo ante el peligro, no quiero decir que no me guste algún instrumento innovador de los que se tocan, pero no todos. Ni ese bailaor descamisado mal vestido con un velo en la cara, con una enagua y esa mujer que sale casi desnuda. Creo que ese traje que hoy hay tanta competencia, lo hay bueno y malo pero los menos respetan el vestuario que siempre ha vestido una flamenca.
Y la que sepa bailar de ley que se ponga el traje de cola, pero antes que aprenda ponérselo, porque el traje de cola es muy bonito. Hoy en día  hay buenas bailaoras que saben llevarlos y no se puede perder este vestuario que hace tan bonito a una bailaora.
Termino diciendo que si una madre llevara a una academia del flamenco a su niño o niña,  que es una cosa normal, pero no es normal que le diga a la maestra “quiero que le enseñe lo que esa bailaora con los brazos así, así, así y al niño como hace el bailaor que yo he visto en televisión que hace así si así , y así la profesora tiene que terminar diciendo: Señora porque no coge usted a su hijo y lo lleva a un gimnasio porque yo aquí lo que enseño es flamenco.
Por último contestarle desde mi humilde blog  al Señor que me llamó y me dijo que para mí Triana no tiene falta de ninguna clase, ¡que la pongo demasiado dulce!, pues le digo señor que no le encuentro nada malo y no puedo criticarla, porque yo por Triana muero.

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