viernes, 31 de mayo de 2013

Los palmeros del Congreso

¡Qué mal suenan esas palmas!  Qué mala cara tienen esos palmeros, ni saben reír ni saben ponerse serios. En una palabra,  se ve lo que hacen es puro teatro pero muy malo. Y ese ¡bien! o algún olé, eso suena a “pescao” frito, pero muy mal frito.
 
Hay solución ¡creo que sí! Traer de Jerez o Triana o de cualquier sitio de Andalucía palmeros de verdad, que se escuchen palmas sana y no de mentirijillas, con cara de buena persona, pero de verdad y no soltando veneno.
 
Así los palmeros que vayan que salgan del paro y le costará mucho más barato, ¡porque los que hay cobran mucho! y con ese dinero se podía pagar a un guitarrista, de esa manera el Presidente en vez de decir silencio ¡cante una alegría de Caí! y que de cuando en cuando como es por la mañana  una copitas de aguardiente para los políticos que tengan que hablar, para que tengan la voz más clara y lo que digan sea  Ley.
 
“Veis como tiene arreglo”.
 

lunes, 27 de mayo de 2013

Gordito de Triana



Lo conocía porque su familia vivía en el Puerto Camaronero, en la calle Gonzalo Segovia nº 24 y yo en el nº 21. Los vecinos de la calle lo conocíamos como “El Niño de la Aurora” porque así se llamaba su madre. Yo a la que más conocí fue a su hermana María, que se casó con “El Vinagre”, que era un marisquero que tenía mucho "ángel" con su canasto y todo vestido de blanco. María cuando paso el tiempo acompañaba en el Patio Andaluz a su hija que era bailaora “Marujita de Triana” ¡como una buena madre de artista!
Yo con el Gordito nos veíamos en la calle muchas veces y coincidíamos en muchas fiestas. También en “El Morapio” que no faltaba ni una noche con su grupo de artistas. También lo hacía en los pueblos porque hacía muchos bolos e iba con muy buena compañía.
Cuando se escuchaban sus fandangos porque se puso de moda, todo el mundo cantaba los fandangos de nuestro  trianero, al público y a los buenos aficionados les gustaba de la forma que lo hacía, y las letras que con tanto gusto él era quien la escribía con mucho sentimiento.
Yo presencié una noche en “El Morapio” a un matrimonio que acompañaba una joven, le dice el marido al Gordito: venimos de Cádiz porque mi mujer te quiere escuchar cantar unos fandangos ¡pero yo que quede claro que es ella la que tienes interés! Y le dijo  al guitarrista que era Antonio Sanlúcar ¡coge la sonata y vamos al cuarto con esta dama! Pero a Ud. no, le dijo al marido. Ud. puede ver desde la puerta. Gordito cantó casi todo su repertorio de fandangos ¡que eran muchos! y cuando terminó el marido le dice: niña toma la cartera y págale. Le contesto la mujer, ¡no! Me ha dicho que por venir desde “Caí” expresamente no me cobra nada y al guitarrista me lo paga él, y a tu marido que me parece que está un poco alegre que cuando este más tranquilo que si quiere escucharme que compre un disco. Esta gaditana se fue muy contenta y emocionada.
Estas cosas de Gordito y más solo lo hacía un gran cantaor como él, gran persona y buen amigo. Como final llevaba con orgullo su nombre artístico “Gordito de Triana”. El nombre de su barrio.
 

jueves, 23 de mayo de 2013

Una entrega especial

Esta es una entrega especial para celebrar que cada día tengo más visitas en mi blog. Seguramente no es ni importante, pero a mí me ha hecho mucha ilusión.
 
Cuando abrí el blog nunca pensé que tendría  llamadas ni e-mail de amigos y familiares, a lo que estoy muy contento porque he hablado con amigos que había perdido la pista. 
 
Solamente quería compartirlo con vosotros y daros las gracias por entrar de vez en cuando en el blog y acordarse de mí. Por vuestros comentarios, vuestro apoyo y vuestro ánimo. Y por supuesto por dejarme compartir una parcela de mi vida.
 
A partir de ahora voy a poner también nuevos apartados. ¡Por ejemplo! fotos de mi archivo de artistas y de todos los temas en general ¡espero que os haga disfrutar un poquito! Si queréis también podéis participar mandándome alguna foto para publicar. Así como alguna que otra receta de comida, sin dejar de lado mis anécdotas y sentimiento hacía el flamenco, ya que en este tema me queda mucho por publicar.
 
También a mis amigos de Huelva que me llaman, decirle que ¡por supuesto habrá un apartado muy especial!
 
Reciban todos un fuerte abrazo de vuestro amigo Pepe.

lunes, 20 de mayo de 2013

Todos los caminos de mi vida me llevan a Ti

Acampado al lado de la Ermita






Esto se lo voy a dedicar a mi hermana Ana, que la echo mucho de menos y  que desde el Cielo estará disfrutando con mis cosas.
Yo hablo del Rocío y  son tantos los sentimientos y recuerdos ¡gracias a Dios! que tengo y no puedo parar de escribir. Y pensar de tanto que he escrito...... ¿ahora que pongo?
Recuerdo mi primer año,  cuando Triana en cualquier calle se preparaban las carrozas y carros. Muchas casas de vecino preparaban una para hacer el camino entero, otros hasta otras paradas: el Rocío Chico, Pañoleta, Bormujos o en cualquier sitio de la carretera para despedir el Simpecado de Triana “casi na”.
Yo la primera vez que me inicié mi camino fue al Rocío Chico. En la calle Alfarería arreglaban varias carretas y una salía de la puerta de la casa de mi abuela. Yo estaba pasando un mal rato porque al ver que todos que se iban y yo no ¡qué recuerdos Dios mío! Mi abuela se dio cuenta y entró a su habitación y salió rápida. Me puso un sombrero, un pañuelito en el cuello y en el carro que iba a salir me habría un sitio y me sentó. Me dio una talega y recuerdo lo que llevaba: dos bollos, un papel de jurelitos fritos y dos naranjas.
El carro salió y me dijeron: ¡niño quien te ha metido a ti en el carro! Yo le dije: ¡”po” mi abuela Ana! Y todos se echaron a reír y se portaron muy bien con este nuevo rociero. Yo ya falte poco y si estaba fuera de Sevilla, cuando llegaba iba a ver a mi Virgen a justificarme.
Cuando estaba la antigua Ermita yo con mi familia y amigos pusimos la caseta en la misma puerta de la Ermita, así que a todas horas podía ver a mi Virgen. Más tarde el camino lo hacía de una manera o de otra pero siempre llegaba a ella.
Recuerdo de una vez que el camino lo hice bien, pero yo pesaba 170 kg, me acompañaba mi Remedios y llevábamos  una silla plegable de madera, que descansábamos por la noche en la carreta con muchos amigos y mi familia. Otras veces cuando el camino con Triana parábamos en Marlo, pero antes en mi "verea de los pimientos", porque esa la hice yo con mis amigos que llevo en mi alma.
En momentos malos de la vida  que íbamos hasta donde podíamos o viajábamos en autobús de damas, nos subíamos a las 7 de la mañana y llegábamos al Rocío. Escuchábamos misa y disfrutábamos como podíamos y por la noche nos despedíamos de la Señora y regresábamos a Sevilla. Así todos los días del rocío.
Otro año alquilé un piso en Matalascañas, todo el día en el Rocío cerca de mi Virgen y por la noche regresábamos a Matalascañas y al otro día temprano al Rocío y así todos los días de la Romería.
También inauguramos un hotel del Rocío y fuimos varios años al mismo hotel del que tengo muchos recuerdos. Recuerdo con mucho cariño cuando fuimos con mi compadre Pablo y familia. Y los últimos camino que hicimos con Pepe, Susi y su hermana, mi cuñado Manolo y  Carmen, mi Marcelo y su Señora, Antoñito su mujer Loli y su hija pequeña que hoy es una buena artista: Rocío Díaz. Toda la familia Coronilla y de mi primo Pepe que de este sí que lo recuerdo y nunca lo olvidaré porque lo quiero mucho. También en la “Verea de los pimientos” de Pepe Polvillo y los que ya faltan. A todos ellos y algunos que no he nombrado le digo que muchas gracias por ser mis amigos en esta vida.
Yo quise siempre saber la historia de la “Blanca Paloma” y fui preguntando a personas con edad de Almonte y Villamanrique. Me dieron datos muy diferentes pero me llamó la atención la de un Almonteño  que me dijo estas palabras: La Virgen del Rocío cuando se la encontró un Villamanriqueño, tenía en la espalda en el simulacro pintada un letrero que decía Nuestra Señora de los Remedios. Yo pregunté por otros sitios y nadie sabía nada de este asunto. Pero seguí buscando datos hasta que encontré unos libros que acreditan que es verdad. Esto no tiene importancia hoy en día, pero cuando yo hable hace 60 años que me interesé por esta historia nadie sabía nada.
Después de tantos años que he ido al Rocío me he divertido mucho, pero nunca han faltado las oraciones. La alegría más grande siempre ha sido cuando llegábamos al Rocío, visitábamos a mi Virgen en su Ermita. La pena mía es no poder hacer ya el camino, pues solo me queda hacerlo en una ambulancia o llevarme en un helicóptero y que me tiren en un paracaídas ¡pero tengo que caer cerca de la Ermita!

Perdonarme por esta broma, quiero mandar un saludo a la Hermandad Matriz de Almonte porque lo hacen todo bien y cada vez mejor.

Solo me queda que decir muy fuerte: ¡viva la Blanca Paloma!... ¡viva todas las Hermandades! Y ¡viva la Hermandad de Triana!

 
 

miércoles, 15 de mayo de 2013

Rafael Riqueni


Lo conocí desde que era un niño, porque yo era amigo de su familia, de su abuelo, tíos y de su padre. Pero mi amistad con él fue porque siendo yo presidente del C.D. San Telmo, tuvé a Rafael en los infantiles y más tarde en los juveniles. En aquellos tiempos ya Rafael tocaba la guitarra.
Recuerdo un día que le escuché tocar ¡y me emocionó mucho!  Me preguntó: ¿qué le parece a Ud. lo que ha escuchado? Yo le contesté: Rafael yo creo que tú como futbolista no eres malo, pero ¡yo creo que lo tuyo es la guitarra! Te digo esto porque yo he escuchado a buenos guitarristas y tú a mí me has maravillado. Luego dejó el fútbol y siguió con su guitarra, pero cada vez que me veía por la calle me abrazaba, porque además de buen guitarrista es muy buen niño, que con el tiempo fue un gran amigo mío.
Un día me lo encontré y le dije: te voy a recordar como amigo, como futbolista, como guitarrista y como trianero.
Rafael lo que tú haces con la guitarra ¡me gusta todo! No veo diferencia de una pieza a otra,  porque todo es bueno y  me emociona bastante,  más  sabiendo que eres tú el que lo está tocando con tus manos.
Yo hace tiempo que no lo veo pero todas estas cosas que yo recuerdo son  las que me mantienen a mí con vida. Estos recuerdos son mi mejor medicina, que a pesar de mi edad me creo joven. Yo desde aquí Rafael te mando un abrazo y te recuerdo que estas cosas que te cuento sólo pasan en Triana.

domingo, 12 de mayo de 2013

Anécdota en el Rocío en casa de mi hermano-II


Ahora voy a hablar de la invitada más importante de esta casa, me refiero a la Señora del Presidente del Gobierno de España en aquella época.
Esta Señora todo lo que se diga es poco, un  trato de gran calidad y amabilidad con todos los invitados, siempre agradecimientos a lo que se hacía y sobre todo  le gustaba una conversación con cualquiera de la casa. Recuerdo las charlas conmigo de cómo se interpretaba el Rocío.
Una tarde que vuelve a la casa con las otras Señoras invitadas, salío un comentario de ella de cosas del Rocío. Cada uno da su opinión del Rocío y cuando llego a la Señora Suárez ella dice: para mí todo muy bien, una fiesta religiosa que se ven a las personas que acuden a ella como mucha Fe y que lo celebran con fiesta por todos sitios. Pero como me ha dicho el Sr. Pepe, que todas esta fiesta es para tener a la Virgen contenta, porque los principal de esta fiestas es Ella, La Virgen del Rocío, La Blanca Paloma, ¡pero yo echo de menos algo que alguien me contó del Rocío!: las bromas que se gastaban por el camino. Dicen que algunas eran corrientes y terminaba en risas y abrazos y otras bromas que eran duras pero no pasaba nada y todo terminaba en abrazos y fiesta.
Yo después de escucharla pensé: aquí tengo que hacer algo, pero tranquilo para que esta Señora se fuera del Rocío con lo que ella quería conocer, porque se lo merecía por la clase que tenía.
Al día siguiente como todas las mañanas abrimos la cocina y organizamos todo para que no faltara nada durante el día para los invitados y visitantes de la casa. ¡Pero este día habría algo especial! Hablamos de todos los platos del menú y  un plato que no estaría terminado. Yo le digo a todos: hoy vamos a esperar un poco, pues alguien creo que a desayunar con nosotros. Yo me retiro un poco y llamo a Manolo y le digo: sube arriba y en la primera habitación llama a la puerta sin hacer mucho ruido, cuando te conteste le dices a la Sra. que de parte del Sr. Pepe que baje a la cocina que hoy le toca pelar papas. Y ella contesto: repita usted por favor. Que baje por favor que el Sr. Pepe dice que hoy le toca pelar papas, que baje a la cocina. Ella contestó: bajo enseguida.
Bajó y llego a la cocina y no se esperaba la sorpresa que se llevó cuando todos la recibimos con una fuerte ovación. Ella dijo: bueno ya que estoy aquí quiero un delantal y me dices lo que hago, pues esto me gusta. Le digo: aquí está todo hecho, solo queda un plato del menú que lo va a terminar usted.
Este plato es simplemente “papas aliñá” aquí vera en cada plato de lo que se componen, solo que eso que ve son las patatas ya peladas y cortada, menos una patata cocida. Usted tiene que pelarla y cortarla. Ella la peló y la cortó, entonces luego le voy diciendo así todo: aceite, vinagre y ahora mover con delicadeza porque lo ha hecho usted y esto es para la historia. Y vino una fuerte ovación y abrazo de todos. Yo le digo ahora vamos a desayunar y le pedimos que nos acompañara y me dijo: ¡claro que sí! Tomó el desayuno con nosotros y le organizamos una gran fiesta y se bailó sevillanas, rumbas y tango, ella se animó y se pegó su vuelta pero muy contenta. Le pedí disculpa por la broma pero ella me dijo muy risueña ¡si yo quería que me pasara algo así!
Le comenté que como ella había hecho las “papas aliñá” esperaba que me ayudara para que fuera el plato del día. Así fue cuando llego con las otras señoras de dar una vuelta por el Rocío, se sentaron pidieron una copa y dice la Sra. y traiga una fuente de “papas aliñá” Empezó ella diciendo: ¡que ricas! Ya todos comieron: pues es verdad está muy rica, entonces la Sra. dijo quiero que se enteren ustedes que estas “papas aliñá” la he hecho yo. Y a partir de ese momento ese plato se puso de moda en nuestra casa.
Esta Señora tuvo un detalle conmigo y mi esposa. Me dice: esta tarde tengo que ir a la Ermita porque en la Hermandad Matriz me han invitado y me van a poner una medalla de su Hermandad y quiero que sean ustedes quien me acompañen. Así fue y no quiso que la acompañara ni la escolta. A mí también me pusieron otra medalla que yo guardo con mucho cariño y que cada vez que mis hijos me llevan a ver a mi Virgen del Rocío (que yo quisiera que lo hicieran más a menudo) yo llevo esa medalla y la de la Hermandad de Triana.
Quisiera decirles que esto no se puede olvidar. Ya solo me queda mandarle a Brasil un abrazo muy grande a mi hermano Ramón, que era el verdadero dueño de esta casa del Rocío. Que tengo muchas ganas de verte y que no te olvido en ningún momento.
¡VIVA LA VIRGEN DEL ROCÍO!
 

miércoles, 8 de mayo de 2013

Anécdotas en el Rocío en casa de mi hermano-I


Tenía la idea de que ese año no iría al Rocío porque tenía que quedarme en Huelva,  trabajando en la obra que tenía la empresa de mi hermano.
Pero yo sabía que la Señora  podía hacer un milagro. Así fue una llamada de mi hermano: ¡Pepe te vas a Sevilla, recoges a tu mujer y te vienes al Rocío! Me tienes que ayudar a organizar,  porque tengo muchos invitados y tú eres el que sabe de esto. Llegué y en buen rato ya estaba organizado.
Allí en la casa había gente de mucho peso y por todos lados había escolta. Pero aquello era una bendición, unos invitados muy educados y que trataban muy bien a todo el mundo. Aquella casa se convirtió en una gran familia que todo éramos iguales. Me gustaría decir que viva la “Blanca Paloma” que pone las cosas en su sitio.
En esta casa pasaron anécdotas de mucho arte, nunca se le negó a nadie de la calle un plato de comida, porque para eso mi hermano tiene un corazón de oro y es muy generoso.
Recuerdo que  entraban y salían muchos artistas por lo que no faltaba en ningún momento cante y baile de todos los palos del flamenco. Nos visitaban también conocidos poetas de Huelva, Isla Cristina y Sevilla.
Un día estando en la puerta de la casa viendo pasar a los caballistas, yo estaba acompañado de un cuñado del Presidente del gobierno Sr. D. Adolfo Suarez y que era su secretario particular. De pronto me dice: Sr. Pepe (que así me llamaban todos en la casa) mira que caballo más  bonito.  Yo me quedo mirando al jinete y veo que lo conozco, era un antiguo compañero de una obra. Lo llamé y los tres tomamos una copa. Este hombre nos invita para que nos paseáramos en el caballo por el Rocío. El cuñado lo montó y yo me quede tomando una copa con el dueño del caballo. Me comenta que había traído el caballo al Rocío porque quería venderlo. Me dijo que tenía problema en casa desde que se fue de nuestra empresa. Yo de momento le dije: el lunes estoy yo en la obra ¡así que ya tú tienes trabajo!
Cuando volvió el caballista solo eran piropo para el caballo y entonces le dije: si te gusta tanto el caballo cómprelo. Y desde ese momento me convertí en el corredor de esta operación. Le pregunté a uno ¿tú quieres comprar? Y al otro ¿tú vender? Pues hecho, ¿tú qué quieres por el caballo? y ¿tú cuanto ofreces? Pues dale la mano a este hombre y trato hecho. Tú que compras te metes la mano en el bolsillo y le das a este hombre 100 pesetas en señal. Me dice: yo lo compro pero no tengo ahora 100 pesetas. Yo le digo: bien yo te la empresto y no se hable más la operación ya esta cerrada.
Todos los invitados presentes terminaron con una ovación. El comprador y el vendedor se dieron un abrazo. Nos tómanos unas copas y el comentario en la casa ese día fue de este caso curioso que paso en el Rocío. Al cabo del tiempo vino a mí el vendedor y me dijo: Pepe  toma este sobre que es la comisión del trato que tú hiciste y que yo he respetado porque es tuya. Yo le dije que yo no le cobré al comprador y claro no le iba a cobrar a él, porque yo lo trabajé con gusto y ya estaba pagado.
Otro caso fue que un poeta de Isla Cristina que dormía en una mecedora como la de mi abuela. Este artista por la noche cuando dormía no roncaba, pero se llevaba toda la noche diciendo poesía en voz alta. También decía que los invitados se despertaban y le ponían  una botella de aguardiente a su lado para cuando se despertará. Unos de los días me dice: esta tarde quiero dedicarles una poesía a todos los invitados, porque ellos no me han escuchado nunca. Lo que no sabía que ya se sabían todos las poesías de memoria.
Otro fue que yo cuando me vine de Huelva para el Rocío, me traje a dos hermanos que trabajaban en la obra y que eran muy competente para ayudar en la casa. Uno de ello que se llamaba Manolo, tenía la gracia de leer las manos de las personas. Así que Manolo estaba en la casa rifado. Yo le pregunto ¿Manolo como estas hoy? Me contesta: fatal Pepe ayer cogí más manos que una olla de menudo.
Recuerdo de una reunión que entre ellos algunos eran familiares míos y que también estaba Carmina Ordóñez. Y le dijo a Manolo ¡léeme la mano! Le miro la mano y la soltó, le dice: no por Dios que tiene mucho que leer aquí hay para tres Rocío. Le dice Carmina: ¡bueno solo de amores! Manolo le dice: de amores tiene para llenar los depósitos de la Campsa y me voy porque tengo que hacer mucho en la cocina. A esta reunión le puse una copa y una fuente de mojama tan grande que me dijeron: ¡esto es mucha comida hombre que le vas a poner a los demás!. Me fui para  la cocina y vuelvo con varias  barras de mojamas tan grandes que parecían fusiles. Podéis imaginar lo que pasó con las barras de mojama, empezaron a hacer la instrucción militar. Eso se puso de moda en la casa y un poeta se acordó de una marcha militar pero le cambio la letra:
Soldado de Nápoles que va a la guerra,
 si mueres comiendo que buena mojama.