martes, 18 de agosto de 2015

El nacimiento del Río


De esto que cuento ya ha llovido mucho, igual que me preguntaron si sabia porque Triana se llamaba Triana, que muy amablemente nos dijo Soraya, que le digo que muchas gracias por su explicación. Pero hoy muevo un poco de lo que me queda en mi cabecita, le echo un poco de sal y sale todo esto que voy a contar.

En la calle Betis existía una sala que actuaban nuevos artistas y también ya consagrados, esta sala se llamaba “La Manigua” recuerdo a un buen humorista que se llamaba “El Guarino”, también recuerdo que el decorado que montaban para él,  era el de un patio de vecinos. En el zaguán había un zapatero remendón; él trabajaba con su zapatos y contaba su retahíla. Pues sigo: una noche Guarino contó: “que el nombre del Río Gualdalquivir viene porque allí no había agua, solo basuras. Igual que ahora tiran lavadoras, bicicletas, nevera y todas clases de basuras, antes tiraban los cañones que no servían, resto de barcos y otras cosas de aquella época. Pero agua no había, aquello estaba seco. Total un buen hombre que se llamaba Diego Quivir, que su oficio era guarda, era un poco cómodo y guardaba las basuras en el balcón de su casa, un día sintió un ruido raro, bajó,  y vio un chorro de agua que salía cada vez con más fuerza, toda la basura se quedo abajo, entonces este agua corría y llegó hasta Sanlucar y desde ese momento llegaron los barbos, arbures y camarones y ya nació Triana, El Puerto Camaronero y de Sanlúcar de Barrameda  nos mandaron la manzanilla que se puso de moda en Sevilla”.

Llegaron los primeros barcos de Bonanza y gracias a esto ya conocimos los langostinos y el “pecaíto” de Sanlúcar  ¡pero esto trajo problemas! porque en aquella época no existía “La Primera del Puente” ni el bar “Puerto” ni otro sitio donde sentarse y con urgencia había que hacer una reunión para darle nombre al río, quiero decir el bautismo, porque ese chorrito de agua que Diego vio con sus ojos se convirtió en un Río, y un río sin nombre no es río. La reunión se hizo, había cien personas y entre ellos el guarda Diego Quivir. Se sentaron en la escalerilla Tagua y hablaron mucho, la tertulia duró cuatro días, 110 botellas de aguardiente y 200 litros de mosto. La Cruz del Campo no existía y se acordó:

-       Que como el guarda se llamaba de apellidos Quivir, pues que el río se llamaría   Guadalquivir.
-        De hacer una velá que se llamaría “Señá” Santa Ana
-        De hace una  cucaña con un palo, que de momento le juntarían manteca colorá.
-        Que al agua del río agua nunca se le iba a echar sal.
-       Y que le pediría al  Rey que le hiciera un puente para ir a Sevilla, con mi amigo y gran artista “El Gran Guarino” y  que cada vez que quisiera pasara por la Velá, y que comiera castañas verdes y sandias gratis.


“El Guarino” gran humorista, era natural de Puerto Real y esta historia se le ocurrió contarla como contaba muchas. Aquí cuento más o menos lo que escuche ese día, estas historias que contaba en “La Manigua” la escribía en una servilleta, sentado en la terraza de un bar de Triana, que con sus gracia y ese arte nos dejó miles de anécdotas para nunca poder olvidarla. Gracias Guarino.