domingo, 29 de junio de 2014

Enrique Montoya y Paco Gandía



Homenaje a dos maestros del espectáculo. Estas foto lo dicen todo, cada uno en su género fueron dos figuras indiscutibles para la historia de nuestro país.

Enrique Montoya, que yo lo conocí en el Guajiro, donde actuaba y que todas las noches tenía tanto éxito. Él de Utrera, con su Virgen de la Consolación y su barquito en la mano. Todo su repertorio era de mucha calidad y no tardó mucho tiempo para que Enrique fuera en las mejores compañías, siempre como cabecera del cartel recorriendo toda España.
 
Creo que arriba se ha unido a todos esos grandes artistas ¡que fueron muchos! Todos del arte puro que ha dado Utrera.
 
De Paco Gandía digo que cuando estaba era el mejor y que no ha nacido otro igual en su género. Él que decía “esto que voy a contar es verídico” pues yo te digo Paco que tú sí que eras verídico. Porque nadie ha podido contar con tanto arte y gracia como tú hacia tus largos repertorios. Creo que si alguien soñaba que llovía agua y granizo, en ese momento se acordaba de Paco Gandía. Bueno estaba lloviendo agua, granizo y garbanzos. Allí en el cielo lo estarán pasando bomba hasta  las nubes contigo.
  

martes, 10 de junio de 2014

El Loco de Triana en la Maestranza


El loco de Triana

Pepe Huesca y El Loco


Una novillada cómica en Sevilla, la plaza muy buena entrada y el cartel que se repitió en Sevilla varias veces,  lo componían “Silvestre de Triana” y el "Loco de Triana” por la mañana los dos toreros en un coche de caballo por Triana, con un cartucho de "pescao" fritos en la mano y saludando a los vecinos.

Esto lo pagaban la empresa como publicidad, claro que estos grandes personajes estaban vigilados para que no se escaparan, pues ya una vez "El Loco" después de hacer el paseíllo, salió corriendo vestido de torero. se fue al mimbral y allí estuvo tres días escondido. En esta corrida que no se pudo esconder,  le brindó el becerro a Juan Belmonte que estaba en 1ª de barrera, el becerro lo cogió 2 o 3 veces y Juan Belmonte no podía aguantar la risa. El Loco se dio cuenta y se plantó a la altura de Juan y le dice: devuélveme la montera y baja a ayudarme ¡Tú que sabes tanto de toreo! si bajas te voy a arrancar la oreja de un bocado. Juan se puso serio y le decía ¡José al toro! El Loco después de muchos pinchar mató el becerro.

Volvió por la montera  y le habló con estas palabras: Juan, lo que te dije fue de broma, tú sabes lo que yo te quiero, te portas muy bien conmigo y se puso a llorar. En eses momento dejo de ser el Loco. Porque la verdad que Juan le ayudaba mucho. Le querían dar la oreja y El Loco decía: me dan dos orejas o ya no toreo más.

El Silvestre de Triana que era su inseparable como amigo y como compañero de cartel, era un poco más serio, claro que en la plaza había una lucha entre ellos que muchas veces terminaba en guerra. Ellos se buscaban la vida juntos en la calle precisamente con los toreros. En las tardes que toreaban, lo que sí es verdad que para la empresa era un gran negocio, pues la plaza la llenaban. Al Loco a pesar de su locura en Triana se le quería y es que de sus cositas se podría escribir un libro. Yo iré contando alguna que otra anécdota.

Dicen que llego José Ramírez que era el nombre del Loco a Santa Ana, le dice a D. José María Arroyo (el cura de Santa Ana), vengo porque me quiero vestir de monaguillo, el cura le dice: ya eres muy grande para monaguillo. El loco le dice: bueno pues me vistes de Papa. Don José se ríe y entonces le dice el Loco: ¡hacemos un negocio! yo vestido de torero te ayudo a decir misa, ya verás como la Iglesia se llena.  Yo paso con la bandeja y no dejo pasar a ninguno de los que se ponen a mirar para otro lado para no dar nada.

El cura D. José se ríe y el loco le dice: D. José esto es una broma, pero ahora lo que le digo es en serio, vengo del centro como todos los días de buscarme la vida. He sacado 300 pesetas, se mete la mano en el bolsillo y saca 100 pesetas. Le dice a D. José tome Ud. este dinero y se lo da a quien lo necesite. D. José se lo contó a D. Aurelio (Alcalde de Triana) que fue quien me lo contó. Me decía que la gente no sabe el corazón tan grande que tiene el Loco porque es muy bueno ayudando a las personas y aquí en mi botica le ha pagado muchas medicinas a muchas personas. Terminó diciéndome D. Aurelio que así tenían que ser todos los locos, pero este es el Loco de Triana.
 

viernes, 6 de junio de 2014

Un recuerdo especial para Viñuela (tenía un quiosco de chucherias en Triana)


Existía un quiosco de chucherías en la calle hoy Esperanza de Triana, que regentaba un veterano cantaor de flamenco, aunque yo creo que nació en el barrio del Cerro del Águila, vivió muchos años en Triana, el quiosco lo tenía en esta calle, cerca de la calle Salado y muy cera de su domicilio.
 
Este cantaor se llamaba según los programas de manos “EL NIÑO DEL CERRO” y en otros “VIÑUELA DEL CERRO”,  trabajó en muchos espectáculos. Con el que más estuvo fue con Canaleja de Puerto Real. Ya con una edad avanzada se retiró y puso el quiosco, hasta su fallecimiento.
 
Este caso se repitió igual que la Malena en la Alameda. Este hombre fue amigo mío, era una gran persona, todo lo que escribo me lo contó él. Tuve el gusto de escucharlo cantar, tengo que decir que yo no sé cantar, pero si escuchar y le digo a ustedes, que lo que escuche era flamenco de mucha categoría.
 
Todos los chiquillos del barrio conocían a Viñuela, algunos ya mayorcitos se acuerdan, cuando pasan por allí  y dicen:  aquí  tenía el quiosco Viñuela.
 
Tengo un  recuerdo que veníamos del colegio  tres amigos, Viñuela le decía a uno: ¿tú que quieres?   yo caramelo y luego le pregunto al otro: chupachup, por ultimo me dijo a mi ¿qué quieres? Yo le dije que no tenía dinero, y tenía el detalle de decirme pues toma avellanas que te la regalo. Digo con esto que este viejo cantaor era un hombre bueno, particularmente cuando paso por el sitio donde estaba el quiosco, que por cierto suelo pasa todos los días cuando voy dando un paseo para desayunar en el “Bar de las Torres”. Estando sentado observando desde la terraza, miro y veo que no está el quiosco y pienso: porque no escribo algo de esta buena persona, hoy no podía esperar más, te digo Viñuela que esto va por ti, porque yo sé que tú nos estás viendo desde el cielo y vas a agradecer contestando con un cante ¡como sabías hacerlo!