martes, 12 de febrero de 2013

La verea de los pimientos



 
Con un  recuerdo muy grande y  entre lágrimas  escribo para este grupo de amigos, para los que ya no están y los que quedamos, todo lo hicimos por la “Amistad” y por el amor a la Virgen del Rocío.
Éramos una reunión de amigos y acordamos de ir acompañando a la Hermandad de Triana hasta la parada de Marlo, siempre nos quedábamos en una vereda antes de donde paraba la Hermandad.
¿Por qué se llamó la verea de los pimientos? Pues muy sencillo, porque un año nos fue la cosa a todos muy mal y no pensamos de ir, pero se acercaba el día y no podíamos aguantar más. Con tal buena fortuna que se me ocurrió la idea de ir con poco gasto. Y hicimos el camino con una @ de vino, un perol, una lata de aceite, un saco de pimientos y mucho pan. Acordamos entre todos  que todos los rocieros que pasarán por la vereda se comerían un pimiento frito y una copa de vino. ¡Nosotros con la bebida a media sin pasarnos! .
Salió tan bonito el detalle que todos los años lo hacíamos de la misma manera. Recuerdo que un día invitamos a un rociero que era médico, escritor y poeta (creo que venía de Cartagena), pues este señor habló de la “verea de los pimientos” en un libro que escribió. También se escribieron alguna que otra sevillanas.
¡¡¡Por esta vereda el arte no tenia limites!!!. Pasaron muchos artistas, rocieros y amigos todos los años. Siempre comieron un pimiento frito como estaba mandado. Algunos de ellos llegaron a decir que ese pimiento traía suerte para el camino.
Viva la verea de los pimientos, viva la Hermandad de Triana y viva la Virgen del Rocío.

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