domingo, 10 de febrero de 2013

El Niño Segundo

Yo vivía en la calle Alfarería, en esa calle tenía su  padre el Bar Segundo, que por cierto siempre me acordaré como ponía las cabrillas.  Pues allí me reunía con él muchas veces.
 
Él se fue con Antonio “El Bailarín” en su compañía y tuvo mucho éxito. Después  se casó en América, pero todos los años venía a Sevilla y trabajaba conmigo en el Patio. 
Recuerdo una madrugada de regreso a Triana que en el puente se paró y me dijo:  ¡mirá Pepe con este momento he soñado yo muchas veces! Y le dio un beso a la baranda del puente y empezó a cantar la Soleá de Triana (que erá un palo que dominaba muy bien). Y cantó  que no había quien lo parara y cada vez mejor, estaba muy a gusto. A esa hora pasaban muchos Trianeros que iban a su trabajo y se paraban a escuchar,  ¡no  vi más gente en el puente en mi vida!  Los olés y las palmas hacían temblar el puente… solo faltó que  lo llevarán a su casa a hombros. Después se marchó a América y no volvió más. 
Cuando me dieron la mala noticia se me venía a la memoria por lo buen cantaor y gran amigo mío que ha sido. Siempre te recordaré Pepe con mucho cariño.
No pongo foto de Pepe, porque un listo me la pidió prestada y no hizo lo que tenía que hacer.

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