lunes, 28 de enero de 2013

Anécdota graciosa

Del Patio Andaluz recuerdo varias anécdotas graciosas que mientras no me fallé la memoria espero compatir con todos ustedes, pues no tengo la cabeza como yo quisiera.
Os cuento, una noche me llega un cliente y solo ver la carta me dice: me sirve por favor lo que quiera pero sin alcohol, yo no he bebido nunca ninguna bebida fuerte. Le sirvo y sale el cuadro flamenco a actuar, observé cómo le tocaba las palmas muy nervioso a una de las bailaoras y a las otras no, ni las miraba. Le pregunté  yo: ¿le ha gustado el cuadro? Dice: me ha gustado la gitana del traje rojo, de pronto me dice ¿cómo se llama Ud.? Yo le digo Pepe y él se presenta: me llamo Antonio  soy de Madrid,  he terminado mi carrera y lo he querido celebrar en Sevilla, pasado mañana marcho a Madrid ¡Pepe me puede reservar esta mesa para mañana! Al día siguiente estuvo ese día y muchos otros en la misma mesa.
 
 Un día le presento a la flamenca del traje rojo y aquella noche me dice: ¡me he enamorado Pepe gracias, tú me has ayudado a presentarme a esta mujer! ¿Pepe que le puedo regalar que le guste? Le digo mándele D. Antonio un ramos de flores. Y al otro día le llenó el camerino de flores. Pasado varios días D. Antonio se declaró a ella, pero de qué manera, quería casamiento y llevarla a Roma ante el Papa, lo que ella quisiese. Pero vino el desengaño a pesar que este Sr. era bien parecido y muy joven.
Ella le dijo que así de sopetón que no lo  esperaba y que si quisiera ser su amiga por lo pronto que ya el tiempo al tiempo. Pero D. Antonio no se conformó, él quería casamiento y Roma,  que no me diga que no por Dios pues soy capaz de todo.  Y claro yo metido en todo este lío, en su mesa me dice Pepe hoy no quiero naranja, me trae una botella de manzanilla. Y como no estaba acostumbrado a beber le hizo efecto la manzanilla. Me llama y me dice Pepe te voy a pedir el último favor, quiero que me acompañes al Puente de Triana que me quiero tirar al rio, yo pienso que esta de broma y le digo: bien D. Antonio pero que venga mi compañero Curro Laínez como testigo y nos tomamos unas copas antes.
 
Cuando salimos del trabajo estaba esperando D. Antonio, nos tomamos unas copas en la Barbiana. Nos subimos a un taxi y dice D. Antonio: al Puente de Triana, cuando llegamos a la mitad dice pare, paga el taxi abre la puerta, corre y al saltar se le queda solo una mano en la baranda, yo lo agarro por la chaqueta y Curro por una pierna y le digo D. Antonio por favor, él mira para el agua y entonces veo que cambia de color y temblaba, yo le digo: D. Antonio antes de hacer esa locura que le parece si tomamos una copa de Jerez, contesta muy ligero y con ganas de quitarse del Puente: eso pero vamos a Jerez a beberla. Y fuimos a Jerez  y cada vez que tomábamos una copa brindábamos y decía: “por el Puente de Triana, viva Triana y tú Pepe gracias.

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