Acampado al lado de la Ermita |
Esto se lo voy a dedicar a mi hermana
Ana, que la echo mucho de menos y que
desde el Cielo estará disfrutando con mis cosas.
Yo hablo del Rocío y son tantos los sentimientos y recuerdos
¡gracias a Dios! que tengo y no puedo parar de escribir. Y pensar de tanto que
he escrito...... ¿ahora que pongo?
Recuerdo mi primer año, cuando
Triana en cualquier calle se preparaban las carrozas y carros. Muchas casas de vecino
preparaban una para hacer el camino entero, otros hasta otras paradas: el Rocío
Chico, Pañoleta, Bormujos o en cualquier sitio de la carretera para despedir el
Simpecado de Triana “casi na”.
Yo la primera vez que me inicié
mi camino fue al Rocío Chico. En la calle Alfarería arreglaban varias carretas
y una salía de la puerta de la casa de mi abuela. Yo estaba pasando un mal rato
porque al ver que todos que se iban y yo no ¡qué recuerdos Dios mío! Mi abuela
se dio cuenta y entró a su habitación y salió rápida. Me puso un sombrero, un
pañuelito en el cuello y en el carro que iba a salir me habría un sitio y me
sentó. Me dio una talega y recuerdo lo que llevaba: dos bollos, un papel de
jurelitos fritos y dos naranjas.
El carro salió y me dijeron:
¡niño quien te ha metido a ti en el carro! Yo le dije: ¡”po” mi abuela Ana! Y todos
se echaron a reír y se portaron muy bien con este nuevo rociero. Yo ya falte
poco y si estaba fuera de Sevilla, cuando llegaba iba a ver a mi Virgen a
justificarme.
Cuando estaba la antigua Ermita
yo con mi familia y amigos pusimos la caseta en la misma puerta de la Ermita, así
que a todas horas podía ver a mi Virgen. Más tarde el camino lo hacía de una
manera o de otra pero siempre llegaba a ella.
Recuerdo de una vez que el camino
lo hice bien, pero yo pesaba 170 kg, me acompañaba mi Remedios y llevábamos una silla plegable de madera, que descansábamos
por la noche en la carreta con muchos amigos y mi familia. Otras
veces cuando el camino con Triana parábamos en Marlo, pero antes en mi "verea de
los pimientos", porque esa la hice yo con mis amigos que llevo en mi alma.
En momentos malos de la vida que íbamos hasta donde podíamos o viajábamos en
autobús de damas, nos subíamos a las 7 de la mañana y llegábamos al Rocío. Escuchábamos
misa y disfrutábamos como podíamos y por la noche nos despedíamos
de la Señora y regresábamos a Sevilla. Así todos los días del rocío.
Otro año alquilé un piso en
Matalascañas, todo el día en el Rocío cerca de mi Virgen y por la noche regresábamos
a Matalascañas y al otro día temprano al Rocío y así todos los días de la Romería.
También inauguramos un hotel del Rocío y fuimos varios
años al mismo hotel del que tengo muchos recuerdos. Recuerdo con mucho cariño cuando fuimos con mi
compadre Pablo y familia. Y los últimos camino que hicimos con Pepe, Susi y su
hermana, mi cuñado Manolo y Carmen, mi Marcelo y su Señora, Antoñito su mujer Loli y
su hija pequeña que hoy es una buena artista: Rocío Díaz. Toda la
familia Coronilla y de mi primo Pepe que de este sí que lo recuerdo y nunca lo olvidaré porque lo quiero mucho. También en la “Verea de los
pimientos” de Pepe Polvillo y los que ya faltan. A todos ellos y algunos que no
he nombrado le digo que muchas gracias por ser mis amigos en esta vida.
Yo quise siempre saber la
historia de la “Blanca Paloma” y fui preguntando a personas con edad de Almonte
y Villamanrique. Me dieron datos muy diferentes pero me llamó la atención la de
un Almonteño que me dijo estas palabras:
La Virgen del Rocío cuando se la encontró un Villamanriqueño, tenía en la
espalda en el simulacro pintada un letrero que decía Nuestra Señora de los
Remedios. Yo pregunté por otros sitios y nadie sabía nada de este asunto. Pero
seguí buscando datos hasta que encontré unos libros que acreditan que es
verdad. Esto no tiene importancia hoy en día, pero cuando yo hable hace 60 años que me
interesé por esta historia nadie sabía nada.
Después de tantos años que he ido
al Rocío me he divertido mucho, pero nunca han faltado las oraciones. La alegría
más grande siempre ha sido cuando llegábamos al Rocío, visitábamos a mi Virgen
en su Ermita. La pena mía es no poder hacer ya el camino, pues solo me queda
hacerlo en una ambulancia o llevarme en un helicóptero y que me tiren en un paracaídas ¡pero tengo que caer cerca de la Ermita!
Perdonarme por esta broma, quiero mandar un saludo a la Hermandad Matriz de Almonte porque lo hacen todo bien y cada vez mejor.
Solo me queda que decir muy fuerte: ¡viva la Blanca Paloma!... ¡viva todas las Hermandades! Y ¡viva la Hermandad de Triana!
Perdonarme por esta broma, quiero mandar un saludo a la Hermandad Matriz de Almonte porque lo hacen todo bien y cada vez mejor.
Solo me queda que decir muy fuerte: ¡viva la Blanca Paloma!... ¡viva todas las Hermandades! Y ¡viva la Hermandad de Triana!
Te tengo que dar las gracias por este blog, que aunque sé que disfrutas mucho con él, no te puedes imaginar lo que disfruto yo, vamos que estoy esperando todos los días tu entrada, que me alegra, me hace reir y a veces me emociona mucho.
ResponderEliminarYo no sabría decirte que entrada me ha gustado más.
Enhorabuena Pepe.
¡Muchas gracias por su comentario! Me ha encantado, a la vez que me produce mucha alegría que Ud. disfrute con mi blog. Personas como Ud. con sus bonitas palabras me dan ánimos para seguir adelante. Cosa que haré hasta que tenga fuerza.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola pepe, soy tu nuera Angustias:
ResponderEliminarTe dije un día cuando empezaste con tu blog, que esperaba el momento de que contaras tus experiencias rocieras. ¡bueno! pues llegó el momento y me encanta como lo cuentas todo, todas esas vivencias vuestras las conozco de habértelas escuchado en muchas ocasiones ya son muchos años con vosotros, con Remedios y contigo, mis suegros del alma, aunque la palabra suegros nunca a sonado muy bien, para mi sabéis que siempre habéis sido mis segundos padres, los míos los perdí muy joven y quizás tuviese predestinado tener una segunda oportunidad con otros padres.Felicidades por todo, y me encanta todo lo que cuentas y como lo cuentas. Un beso.
Angustias lleva razón perdiste a tus padres muy jóvenes. También pienso lo que hubieran disfrutado ellos en estos momentos al ver un matrimonio tan feliz y esos dos nietos que son una bendición. Estamos muy orgullosos tanto yo como Remedios de tenerte como una hija, porque tú siempre te has portado con nosotros como una buena hija. Muchas gracias.
ResponderEliminarhola
ResponderEliminarHola tito, que bonito lo que escribes , me ha encantado ver como se lo dedicabas a mi madre , tenéis mucho en común, lo buenas personas que habéis sido y sobre todo las fuerzas y el ejemplo que dais , la fuerza de los Huecas que yo hecho tanto de menos en mi vida día a día.
ResponderEliminarMuchos besos, gracias por ser como ere. Tu sobrina Isabel.