¡Qué mal suenan esas palmas! Qué mala cara tienen esos palmeros, ni saben reír
ni saben ponerse serios. En una palabra, se ve lo que hacen es puro teatro pero muy
malo. Y ese ¡bien! o algún olé, eso suena a “pescao” frito, pero muy mal frito.
Hay solución ¡creo que sí! Traer
de Jerez o Triana o de cualquier sitio de Andalucía palmeros de verdad, que se escuchen
palmas sana y no de mentirijillas, con cara de buena persona, pero de verdad y
no soltando veneno.
Así los palmeros que vayan que salgan del paro y le costará
mucho más barato, ¡porque los que hay cobran mucho! y con ese dinero se podía
pagar a un guitarrista, de esa manera el Presidente en vez de decir silencio
¡cante una alegría de Caí! y que de cuando en cuando como es por la mañana una copitas de aguardiente para los políticos
que tengan que hablar, para que tengan la voz más clara y lo que digan sea Ley.
“Veis como tiene arreglo”.
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