jueves, 29 de enero de 2015

Fue una gran persona



Fue una gran persona, de Triana, del Puerto Camaronero Salvador Montilla, que también se le conocía con el apodo del “pirata”, otros por el cojo Montilla,  le faltaba la pierna izquierda porque un maldito tranvía en un accidente lo señalara para toda una vida.

Salva, como le llamábamos los amigos y personas más cercano a él, pertenecía a una gran familia de Triana.

Este gran hombre tenía un corazón de oro, ayudo a muchas familias y a muchos amigos cuando acudían a él, porque tenían algún tipo de problemas.

Salva a pesar que le faltaba un remo como él decía, trabajaba en el muelle de Sevilla, unos días de guarda y otros descargando o cargando vagones y camiones. En el muelle de Sevilla todo lo apreciaban, porque  era amigos de todos los que pisaban la cancela del muelle. De noche tenía un pequeño bar en el mismo Cortijo del Guajiro, allí disfrutaba con su novia y era uno más de esta familia, al que todos llamaban el padrino.

Recuerdo que un  día quiso Dios que la suerte le llegara y le tocó los cupones de los ciegos, pero llevaba toda la serie completa y fue un gran pellizco en aquellos tiempos. Salva después de esto con un lápiz y papel escribió una lista, primero a su familia, después a amigos y personas que lo necesitaban, también a sus vecinos le dio un regalito y así repartió hasta la última peseta ¡pero nunca faltó a su muelle!

Salva siempre demostraba que se podía defender solo con una pierna, eso lo sabe bien el Puente de San Telmo, que se tiraba muchas veces con el puente abierto y que ganó la carrera de natación de puente a puente, pero los premios se lo gastaba con sus amigos en la "Primera del Puente", porque con su trabajo tenia cubierto lo de su familia. Aunque tenía esa falta ¡qué bendita falta! él no le daba importancia, vivía a su manera. Él que no era mal parecido y como tenía ese corazón de oro, todo el mundo lo quería muchísimo. Ah también se pegaba sus vueltecitas por rumbitas y no faltaba en la velá a la cucaña, como decía: la única falta que tengo es que soy sevillista, pero no molesto a nadie, antes de molestar a un amigo me paso al tenis. Había días que la madre desde su azotea en el Puerto Camaronero miraba que el puente estaba abierto y que una persona se quería tirar desde lo más alto del Puente San Telmo. La madre exclamaba ¡ese es mi cojito que está haciendo lo que más le gusta! Luego le pedía a Santa Ana y al Gran Poder que ella siempre lo llevo en su hábito, que no le pasara nada. Su tío Juan era el dueño del Morapio y a mí me contaba cada travesura de Salva, pero decía: ¡ese no tiene maldad ninguna!

Recuerdo cuando Salva me contaba las cosas que hacia otro tío suyo “El Loco de Triana”, que me decía: a ese loco que nadie le toque delante de mí ¡qué lo mato! Ahora escribo esto porque se me ha venido al pensamiento, porque sé que me quería mucho, igual que a mis hijos, porque ellos eran sus sobrinos y a toda su familia y que nunca lo olvidaremos. Fue un hombre bueno para toda su familia, para todos sus amigos y para su barrio de Triana.

Salva desde el cielo estarás diciendo ¡te has pasao Cuñao! pero siempre te recordaremos con un gran cariño especial ¡nunca te olvidaremos Salva!

lunes, 12 de enero de 2015

Soledad Miranda, artista de cine de Triana



Soledad antes de dedicarse al cine fue bailaora y bailarina de clásico, su nombre verdadero era Soledad Rendón, ese apellido que es muy bonito para mí porque también lo llevaba mi madre. Ella me llamaba primo, pero yo a ella la quería como a una hija, también sé que me correspondía con mucho cariño y no la puedo olvidar. Aunque ha pasado mucho tiempo, toda la vida me acordaré de ella, porque para mí su desgracia fue muy fuerte. Me ha costado muchísimo trabajo coger el lápiz y escribir de ella, pero me he decidido porque era muy linda y se lo merece, aunque no me atrevía porque se lo que sufro con ella y tengo que contaros que lo hago con mucha pena, porque para mí ella era única. Me acuerdo mucho de ella y también de sus padres y hermanos. Su madre Mercedes era una madre inolvidable, era la verdadera madre de una artista que se ocupó y trabajó para ella, para que no le faltara nuca de nada y esto atendiendo también a su familia, Me consta que todos lo hemos sufrido, pero tú Mercedes tiene que estar orgullosa, porque cumpliste como madre de artista, como madre que le diste mucha educación. Solo  quiero decirte que te recuerdo mucho como a Antonio con un cariño muy especial.

Soledad consiguió lo que ella quería hacer cine, hizo muchas películas en España y en el extranjero, pero sobre todo hizo dos películas que ella la había visto como protagonista a dos artistas y que soñaban con hacer esas dos películas y lo consiguió. Esas películas fueron “Canción de cuna” y “Currito de la Cruz”. Los datos que yo tengo de la primera es que se rodó en la Rábida y que cuando venía de rodar regresaba a casa de mi madre que vivía en Huelva, ella le contaba todo lo que había hecho en la película, incluso le cantaba a mi madre ¡qué bonitos recuerdos da la vida, porque  la tuve conmigo cuando ella dio sus primeros pasos en el flamenco en el “Patio Andaluz"! La segunda película los datos que tengo de la producción es que se rodó cuatro veces y que la mejor ha sido la última, en la que Soledad fue la protagonista. Yo siempre le di muchos ánimos porque era una niña muy especial,  que soñaba con eso ¡vaya que lo consiguió!. Recuerdo decirle a mi amigo Pepe Brageli muchas veces que no le perdiera la cara a mi niña, pero Pepe me decía que como me iba a fallar. Él Llevó a Paquita Rico que era prima de Solé y muchas artistas como Rosita Ferrer y Mikaela. Recuerdo que cuando la mandaba Pepe de Madrid a su casa de Sevilla me llamaba y me decía: ¡te mando a la niña, cuídala! y me la llevaba a la playa con mi familia, ya que ella nos quería mucho y en mi casa siempre la hemos querido como una hija. Recuerdo que teníamos correspondencia con ella y no puedo seguir recordando, pues este artículo para mi blog los nervios no me han dejado  hacerlo como yo pretendía.

Solo me queda mandarles un abrazo a todos sus hermanos,  que si leen lo que he escrito y no le gusta que me llamen por favor, que enseguida lo borro.

Ella con su hermano Armando fueron los padrinos de mi hijo José Antonio y como no ¡en Santa Ana! en la pila de los gitanos.

Soledad Miranda tiene una calle en Sevilla que lleva su nombre en la barriada Santa Clara, rodeada de artistas y de los mejores toreros de la historia, sé que tiene un grupo de fans que como yo nunca te vamos a olvidar.