jueves, 13 de marzo de 2014

Anécdota con un buen aficionado a los toros y gran amigo mío

Me encontré con un gran amigo y le pregunte ¿a dónde vas tan ligero? Se para y me dice con mucha alegría: ¡Pepe voy como siempre a los toros, que tú sabes yo nunca falto! Se me queda mirando y me dice: bueno Pepe a ti no te voy a engañar, tú sabes que yo estaba abonado en la Maestranza, pero tuve que dejarlo por la crisis. Solo cuando tenía dinero y toreaba Curro, hacia un sacrificio, pero ya no puedo más, no tengo más remedio que dejarlo.
 
¡Bueno del todo no! Porque yo no quiero darle disgustos a mi gente y le digo que no falto nunca a mi afición. Pero te voy a contar como lo hago de forma que de verdad hasta yo me creo que voy a los toros.
 
Me despido en mi casa con mucha alegría, mi mujer dice: ¡que tengas un buen día de toros miarma! Yo corro como tú has visto a la Maestranza. Allí cojo la visera y las propagandas y con esto en la mano saludo a todos mis amigos de siempre. Veo a las cuadrilla como entran a la plaza, compro un botellín de agua. Me pongo mi visera y cuando empieza la corrida acerco el oído lo más cerca que puedo y vivo la corrida como si estuviera en 1ª fila de barrera. Si sale a hombro algún torero yo lo veo y pregunto a los que salen como a estado la tarde, vamos que me entero de como a estado la cosa y salgo pitando para mi casa. Ya te digo que hasta yo llego con mucha ilusión y mi mujer y las niñas me dicen: Papa por la cara que traes hoy ha estado bien la cosa, siempre luego les cuento la corrida entera, me preguntan: ¿y Curro? Yo le digo Curro, Curro coge la muleta y yo me pongo a torear como si yo fuera Curro y al final a hombros, esto te digo que me tire a la plaza y ayude a llevarlo a hombros, por eso me ven tan contento. Además os digo que me encontré a un amigo que me regalo un pase, así que el dinero que no he gastado te lo doy a ti para la plaza.
 
¿Qué te parece Pepe? Tú no te lo crees pero es la pura verdad. Yo tenía que contarle esto a alguien y a quien mejor que a ti.
 
Yo le conteste: Pues te digo Manolo que me lo has contado tan bien, que yo me creía que te estaba acompañando en la plaza, vamos que solo me faltaba la visera.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario