Voy a intentar contar algunas anécdotas
con saeteros.
Recuerdo que me dijo en una ocasión: no soy saetero, yo canto saeta como canto
otros palos del flamenco ¡pero hay que vivir! Y me dice te voy a decir una
saeta de Triana, mejor dicho del Monte Pirolo. Te digo decir que es igual que
cantar ¡Y le escuche una saeta al Cachorro que yo me acordare siempre! Le dijo al Cachorro lo que a él se le vino a la cabeza
pero que calidad de saeta.
Cuando termino emocionado y con lágrimas en los ojos me dijo: mira Pepe, yo te juro por ti, porque tú te portas bien conmigo y me has
ayudados muchas veces, que hoy no quiero que me pagues nada, hoy yo estoy
cubierto y tengo pa mi nieta Carmelilla y sus niños. Pero te digo que cuando yo
canto una saeta no se la canto al señorito que me paga. Yo se la canto al Cristo
o la Virgen que yo le estoy cantando y no me acuerdo del dinero por mucha falta
que me hace, pero te digo con esto que yo sé que tú lo sabes que los gitanos tenemos mucho sentimientos religioso.
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