jueves, 28 de noviembre de 2013

Feria Mundial del toro





Durante dos años tuve un puesto en la Feria del Toro de Sevilla. Yo lleve allí un pequeño museo del toreo, todo muy antiguo: programas, libros, carteles, murales, postales, entradas, documentos, fotografías, cuadros, grabados, dibujos etc.
 
Estos dos años siempre lo recordare, pues estuve allí gracias a Marina Ibarra que era una Gran Señora y que siempre me acuerdo de ella ¡siempre me trato con mucho cariño! Igual que su familia.
 
Allí me visitaron muchos matadores, novilleros, banderilleros, empresarios, ganaderos. Recuerdo con mucha emoción de un homenaje que me dieron en una peña taurina, así como las visitas de  mis amigos y aficionados del flamenco y de mi barrio de Triana.
 
Yo deje esto porque la salud no me respondía, pero esos días que pase en la Feria del Toro nunca la olvidare, porque me hizo muy feliz. Esa Feria del Toro le hacía falta a Sevilla.
 
Recuerdo una anécdota muy curiosa que me paso y la comparto con Udes.. El día de la inauguración el Rey Juan Carlos I, paseaba por las calle donde estaban los stand, al llegar a la altura del mío se para, mira mi puestecito y me dice: que curioso cuanta maravilla, él mira la portada de un libro-facsímil tema de caballo, Yo le digo ¿le gusta Majestad?, y me contesta: hace muchos años que lo ley en casa, me sonríe y cuando se va a marchar le digo: Su Majestad aunque no me compre nada, ¡usted será mi mejor cliente de esta feria! Se marcha sonriente, pero se vuelve y me hace un saludo.
 
A los 5 minutos se me acerco un señor,  enseñándome acreditación como que era policía y me dice, ¿qué le ha ofrecido y de que le ha hablado Ud. a Su Majestad? Pues yo le he contestado a su pregunta y él le ha echado un piropo a mi pequeño negocio, ha estado muy amable.
 
Como casualidad lo primero que vendí fue el libro que toco nuestro Rey.

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