Las personas cuando le viene un golpe de tos, se le mueven todo el diafragma de su cuerpo. Pues eso le pasa al “cantaor” de flamenco. El aficionado se pregunta ¿por qué mueve la mano, los dedos o las piernas? Mueve cada centímetro de su cuerpo, no solo canta con la garganta, sale su voz, mueve los brazos, las manos y también los dedos, piernas o pies, la cabeza, los ojos, sus labios, sus pulmones y el corazón. Esto dura desde el tiempo que empieza hasta que termina, a esto hay unir cada derroche de sentimiento que tiene un "cantaor".
Cantar
es muy difícil, pero les digo a los aficionados al cante, que si el cante es difícil,
también es difícil escucharlo, en una palabra saber escuchar. Por eso le digo a
los aficionados, que al artista de flamenco hay que tenerle una gran consideración,
sea muy bueno o regular, porque solo con presentarse en un escenario ya merecen
el respeto de todos. El artista nace artista pero se tiene que hacer, que no se
crea que lo sabe todo, porque siempre tiene
que seguir estudiando. Hay muchos y
buenos "cantaores" que siguen estudiando,
porque nunca se termina y los buenos flamencos
han dejado una huella muy grande para eso mismo, para que sigan aprendiendo.
La
guitarra, es un punto y aparte. El hombre que roza con su mano una guitarra y
le gusta, ya no la suelta nunca. Se
hacen viejos y no se puede contar las horas de estudios y ensayos que un
profesional le dedica a su guitarra, que nunca la puede guardar y olvidarse de
ella.
Hay
buenos flamencos que no tienen su día por lo que sea, cuando vienen los fallos
se quedan mirando a su acompañante, digo al guitarrista y lo hacen muchas veces
culpable de su fallo. Esto lo han hecho muchos artistas, aunque esto se acabó cuando
salieron un "manojito" de buenos “tocaores”. Que el buen aficionado lo mismo
escucha el cante que el toque. Porque el tocaor es un esclavo de su guitarra,
estudia y ensaya porque tiene que tener su técnica y siempre quiere mejorarla.
Por todo lo
que he dicho y lo que representan, quiero dedicarles este pequeño detalle a todos ellos.
A todos los guitarristas del flamenco y lo digo con mi corazón.
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