Cuatro trianeros, una trianera y
un macareno ¡qué grupo con más calidad! Representado a Sevilla para hacer el
Camino hasta Santiago, para arrodillarse ante su Santo Patrón, caminando un
promedio de 25 kilómetros diarios.
Quiero que ustedes sepan, que este
grupo de seis amigos, no son seis realmente, porque hemos sido siete. Lo he tenido a todos en
el pensamiento y como el pensamiento es libre, esto no me lo quita a mi nadie, y
entre el pensamiento y el sueño diario he hecho el camino con ustedes. He
tenido esos momentos de alegría disfrutándolo como ustedes.
Sé que algunos habéis sentido el cansancio, pero yo también por mi edad y por mi salud y he
sentido el dolor en mis piernas, pero he estado muy a gusto en el Camino,
porque todos me habéis dado muchos ánimos.
Tengo que deciros que yo soy
novato como Rafa, pero no sé si lo haré otra vez, pero tu Rafa de seguro que
lo vas a repetir, porque por el Camino te miro a la cara y veo que esto por
ser la primera vez te ha llegado al corazón. Yo he escuchado cantar a Enrique
en algunos momentos y le digo que de eso sé un poco, que a mí me ha dado
ganas de cantar algo para animar esta bonita reunión de amigos, pero con lo que
tú has cantado me conformo, por eso te digo: ¡gracias Enrique!
En este grupo nadie se ha
quejado de nada ¡yo si Juanma! Porque un día no me llamaste por teléfono y me párese
que me había perdido por el camino.
A la hora de descansar nadie
roncaba ¡qué maravilla!, solo Fernando alguna vez, pero eso se unía a esos
momentos de bromas y alegrías que no han faltado en ningún momento y era la hora
de los chistes, para que nadie perdiera la sonrisa.
Yo creí que alguien sería el más comilón,
pero aquí todos comían por igual, yo aquí he comido un poco más que de costumbre, porque a mí me pesaba un poco el Camino y no quería estar débil y no
ser un peso para ustedes. El Camino ha sido todo bueno desde que llegamos a La
Coruña y desde La Coruña a Ferrol, luego caminando a Pontedeume, Betanzos, Brumas,
Sigüeiro y como final Santiago. Allí con la alegría de esa entrada a la
Catedral y ver la cara de recibir al Santo Apóstol Santiago, con ese amor merecía la pena de volver otro año
¡y lo que se pueda más! porque en verdad es una satisfacción que no se puede contar.
Creo que estos amigos que son costaleros y cofrades de Sevilla, a ellos no le
faltaba las ganas de echarse a hombro al Apóstol Santiago y darle una vuelta
por esa Plaza del Obradoiro tan conocida, como si estuviera en su Hermandad en Sevilla.
Quiero decirlo a todos: Enrique, Fernando, Rafa, Juanma, Manolito y Araceli su
señora, que todos tienen que
estar orgulloso de ella, porque hay que ser una mujer muy valiente para hacer el Camino.
Quiero que sepáis que yo le he rezado
a todas las Hermandades de mi barrio, también a la que está en San Gil, igual
que le he rezado a mi Virgen del Rocío y a mi Virgen de la Salud que fue la que
me arropo en los momentos que me faltaban las fuerzas, que me sigue dando fuerzas para escribir este humilde articulo para ustedes. Os digo que me creo de verdad que he hecho el camino con este grupo de
muy buenos amigos, que ya piensa en el próximo año en volver a hacerlo.
Por último digo que ha sido muy
bonito el Camino, pero después de pasar por esos pueblos gallegos con tanta
fama de buen marisco, ni soñando he chupado ni el bigote de una gamba, pero he
sido muy feliz escribiéndolo.
El último día no ha llovido
mucho, ustedes se quedan hasta el lunes, pero yo me voy a Triana, que mi mujer se
ha quedado muchos días sola.
Pepe, es usted un artista!!! Asi ha salido mi Juanmita!!!
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