jueves, 4 de diciembre de 2014

Camino de Santiago







Cuatro trianeros, una trianera y un macareno ¡qué grupo con más calidad! Representado a Sevilla para hacer el Camino hasta Santiago, para arrodillarse ante su Santo Patrón, caminando un promedio de 25 kilómetros diarios.
 
Quiero que ustedes sepan, que este grupo de seis amigos, no son seis realmente, porque  hemos sido siete. Lo he tenido a todos en el pensamiento y como el pensamiento es libre, esto no me lo quita a mi nadie, y entre el pensamiento y el sueño diario he hecho el camino con ustedes. He tenido esos momentos de alegría disfrutándolo como ustedes.
 
Sé que algunos habéis  sentido el cansancio,  pero yo  también por mi edad y por mi salud y he sentido el dolor en mis piernas, pero he estado muy a gusto en el Camino, porque todos me habéis dado muchos ánimos.
 
Tengo que deciros que yo soy novato como Rafa, pero no sé si lo haré otra vez, pero tu Rafa de seguro que lo vas a repetir, porque  por el Camino te miro a la cara y veo que esto por ser la primera vez te ha llegado al corazón. Yo he escuchado cantar a Enrique en algunos momentos y le digo que de eso sé un poco, que a mí me ha dado ganas de cantar algo para animar esta bonita reunión de amigos, pero con lo que tú has cantado me conformo, por eso te digo: ¡gracias Enrique!
 
En este grupo nadie se ha quejado de nada ¡yo si Juanma! Porque un día no me llamaste por teléfono y me párese que me había perdido por el camino.
 
A la hora de descansar nadie roncaba ¡qué maravilla!, solo Fernando alguna vez, pero eso se unía a esos momentos de bromas y alegrías que no han faltado en ningún momento y era la hora de los chistes, para que nadie perdiera la sonrisa.
 
Yo creí que alguien sería el más comilón, pero aquí todos comían por igual, yo aquí he comido un poco más que de costumbre, porque a mí me pesaba un poco el Camino y no quería estar débil y no ser un peso para ustedes. El Camino ha sido todo bueno desde que llegamos a La Coruña y desde La Coruña a Ferrol, luego caminando a Pontedeume, Betanzos, Brumas, Sigüeiro y como final Santiago. Allí con la alegría de esa entrada a la Catedral y ver la cara de recibir al Santo Apóstol Santiago, con  ese amor merecía la pena de volver otro año ¡y lo que se pueda más! porque en verdad es una satisfacción que no se puede contar. Creo que estos amigos que son costaleros y cofrades de Sevilla, a ellos no le faltaba las ganas de echarse a hombro al Apóstol Santiago y darle una vuelta por esa Plaza del Obradoiro tan conocida, como si estuviera en su Hermandad en Sevilla. Quiero decirlo a todos: Enrique, Fernando, Rafa, Juanma, Manolito y Araceli su señora, que  todos  tienen que estar orgulloso de ella, porque hay que ser una mujer muy valiente para hacer el Camino.
 
Quiero que sepáis que yo le he rezado a todas las Hermandades de mi barrio,  también a la que está en San Gil, igual que le he rezado a mi Virgen del Rocío y a mi Virgen de la Salud que fue la que me arropo en los momentos que me faltaban las fuerzas,  que me sigue dando fuerzas para escribir este humilde articulo para ustedes. Os digo que me creo de verdad que he hecho el camino con este grupo de muy buenos amigos, que ya piensa en el próximo año en volver a hacerlo.
 
Por último digo que ha sido muy bonito el Camino, pero después de pasar por esos pueblos gallegos con tanta fama de buen marisco, ni soñando he chupado ni el bigote de una gamba, pero he sido muy feliz escribiéndolo.
 
El último día no ha llovido mucho, ustedes se quedan hasta el lunes, pero yo me voy a Triana, que mi mujer se ha quedado muchos días sola. 
 

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