domingo, 16 de noviembre de 2014

Esos grandes habitantes de las noches sevillanas


Digo grande porque Sevilla a todas estas personas les debe mucho, porque fueron personajes de la historia de la Sevilla de noche.

Cuando Sevilla de madrugada era igual que de día, hoy sigue teniendo su duende porque Sevilla es especial, pero es diferente, ha perdido parte de encanto, esa noche que hacía muy feliz a muchos sevillanos de cualquier barrio de Sevilla. Los suyo era vivir a su manera y eran muy felices, como algunos decían: yo no le debo nada a nadie, que no tengo casa ¡y qué? Yo no pago agua, ni luz, ni tengo que pagar al ayuntamiento, vivo con la luz de la luna, hablo con las estrellas y me caliento cuando salen los primeros rayos del sol. Me lavo con el agua de los jardines y duermo en unos de sus bancos, o en un escalón, o como uno me decía: yo he aprendido a echar mi sueño de pie contra la pared, dejándome caer sobre una puerta, o sobre un árbol. Otros que se llevaban toda la noche andando, porque estos personajes tenían preferencia por un sitio, pero de pronto, te lo encontrabas en cualquier pedazo de suelo sevillano.

Por mi trabajo de madrugada conocí a mucho de ellos, recuerdo que me decían todos lo mismo ¡que eran los más felices del mundo! Recuerdo los nombres de esta buenas personas, muchos eran con estudios y una educación infinita, otros de conocidas familias sevillanas y que te decían que vivían así porque no querían saber nada de la sociedad. También recuerdo a personajes que le gustaba la madrugada, locutores de radios, pintores, poetas, escritores, artistas.  Me acuerdo de uno que llevaba toda la noche diciéndole poesía a Velázquez, otro le cantaba por el Gloria, otro por El Sevillano y otro acostado en los jardines que cantaba ópera y zarzuela hasta quedarse dormido. Otro que se paseaba toda la noche en pijama por Sierpes mirando el escaparate y de vez en cuando gritaba ¡viva el Rey! En esta misma calle estaba el kiosco de prensa de La Curra único que estaba abierto toda la noche,  otro que los sábados se paseaba a caballo en esta calle sierpes, uno que era muy conocido en el centro y amaneció con el codo apoyado en la puerta del bar Pinto y que se quedó dormido para siempre el pobre. Otro que recorría toda la Avenida hablando solo y cuando se paraba gritaba mirando al cielo ¡yo no molesto, esta es mi vida! Recuerdo a otro que dormía al lado de la Torre del Oro, un día se le fue el cuerpo para atrás y se fue hasta la vía del tren, este pobre hombre nunca más durmió vigilando la Torre del Oro.

De esos personajes de la madrugada sevillana, como los Hermanos Jesuliqui, el maestro Pringue, Vicente  el de canasto, La Cheste en la campana vendiendo tabaco y cantando por Marife, el viejo de la guitarra sin cuerda, El Bizco de Alcalá, El Loco de Triana y Silvestre, Ramón el loco que fue presidente en los gallos de pelea, El Batalla tocando los palillos con los dedos ¡a la que te brillan las espuelas! Al Cádiz el Betunero, a la Pailabera con su rumba catalana, a Paco que tenía un piso en la calle Tetuán pero dormía en un banco del Duque, uno que se paraba en la puerta de correos y si le dabas las buenas noches se quitaba el sombrero y lo tiraba por el aire, otro que todas las noches detrás de correos esperando que abriera Juana la de los calentitos y cuando se acercaba alguien gritaba ¡yo el primero! Escuché cantar a Manolo el Brocha por Triana los cuplé de Concha Piquer, En la Alameda podía nombrar muchos de estos personajes y en el barranco, sala de fiestas y en las ventas y los que trabajaban de noche, porque muchas fábricas trabajaban de noche, los taxi y coche de caballos y digo esto porque Sevilla era igual de día que de noche.

Que de recuerdos más bonitos, si es que en Sevilla hay que vivir, dormir y soñar, Para no ponerme muy pesado voy poner un sello a este artículo, esto que voy a contar es un poco más modernos pero recuerdo ver al Rey D. Juan Carlos esperando que Juana la Calentera le despachara calentitos y no llevaba escolta, se fue camino del Alcázar con el papelón en la mano, pero picando ¡como es la costumbre sevillana!

2 comentarios:

  1. Buenos días Pepe, tengo que confesarle que cada vez que entro en su blog me da un pellizco en el alma. Aunque tengo sólo 37 años y soy joven para conocer a todos esos personajes ( a algunos sí los he conocido ), de haberlos escuchado tanto en casa en boca de mis padres y abuelos, me resultan muy familiares. Enhorabuena por su blog y espero que siga muchos años transmitiendo tanto conocimiento sobre la Sevilla y la Triana que existió. Saludos.

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  2. Muchas gracias Andrés por tus palabras ¡me alegro mucho que te guste! Leer comentarios como el tuyo, me anima mucho a seguir escribiendo todas las semanas mis recuerdos, pensamientos y reflexiones. A veces uno no sabe si está siendo acertado. Por eso agradezco que dejes un comentario tan bonito

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